Miguel Silva es hijo de la ciudad que grandes hombres como Dalí, Breton o Buñuel calificaron de ‘surrealista’. En efecto, Ciudad de México es un lugar extraordinario donde los estímulos a los sentidos son muchos, cambiantes y diferentes.
A este apasionado artesano le encanta decir que practica su arte desde los dos años: “A mis 2 años hice mi primer trabajo artesanal al pintar las paredes de mis padres, adornándolas con círculos y palitos, después de una buena tunda, comprendí que era mejor dibujar en papel… aunque irónicamente después de un tiempo me di cuenta que No estaba tan mal pintar en las paredes”.
Directamente desde su imaginación colorida y desbocada vienen los extraordinarios alebrijes de Miguel, o Nahuije, como le gusta ser llamado. Tradicionalmente, los alebrijes son figuras de barro coloridas que representan animales imaginarios. Nahuije ha optado por adaptar las figuras de toda la vida a su particular arte. Ahora, gracias a materiales tan sencillos como el cartón, la pintura o el alambre, da vida a extravagantes personajes de ojos saltones, sonrisas malévolas y extremidades imposibles.
Los colores discretos o los tonos pastel no tienen cabida en la colección de este atrevido mejicano, que no duda en usar rojos, amarillos, verdes, azules y violetas para resaltar el carácter fantástico de sus seres.
http://www.blogartesanum.com/2009/01/surrealismos-desmesurados/
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